Se trata de un sistema asentado en zonas de media montaña con alimentación basada exclusivamente en el aprovechamiento de los prados de la explotación y del monte del lugar.

Una vez concluida la estabulación invernal comienza a mediados de marzo el pastoreo de primavera, el cual se acompaña de estabulación nocturna de las vacas para amamantar los terneros y poder recibir una suplementación en pesebre a base de forraje y/o concentrados.

En el verano las vacas paridas suelen estabularse por el día para evitar problemas de insectos y salir al pasto al oscurecer, mientras que las vacas secas y novillas permanecen todo el día fuera.


En el otoño pastan los prados de la explotación de igual manera que en primavera, procediendo en el invierno a la estabulación permanente del rebaño.


Los terneros con destino al sacrificio no salen al pasto durante la lactancia, maman dos veces al día y se suplementan con forraje y concentrados hasta que son destetados y sacrificados. Dan lugar a canales de bajo peso muy demandadas por el mercado.

Los animales destinados a recría salen al pasto desde el primer momento, se destetan a edad fija y pasan a formar parte del rebaño reproductor.


En este sistema está muy extendido el uso de la inseminación artificial, motivo por el cual los partos tienen una distribución más uniforme a lo largo del año.

   
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